Para los que esta es la primera vez que leen sobre nuestro proyecto Yo Soy De Aquí, les cuento un poquito. Yo Soy De Aquí es un trabajo colaborativo propuesto por esta servidora con la intención de promover el talento local, empresas locales, la colaboración y el progreso económico de la isla y nuestra gente. Soy fiel auspiciadora de todo lo bueno que produce nuestra isla y me enorgullece nuestro talento puertorriqueño. Entra a este link https://lauraom.com/yo–soy–de–aqui/ y lee mas sobre esta historia. ¡Que la disfrutes!

El Crucerito. La Puerta del Alto del Cabro

Dando vueltas por Santurce buscando ese espacio único de la historia santurcina, el Director Creativo, Miguel Figueroa sugirió EL Crucerito. Yo habría pasado varias veces por este lugar pero siempre de dia. Me llamaba la atención como se había construido esta barra en una esquina y el toque único que le daba a esta zona residencial. Un  qué que te llevaba a dos caminos. Cuando estuve en el lugar pensaba en cómo al salir de este lugar la vida podía tomar caminos diferentes.

Una de las cosas que mas me agrado de este espacio fue el saber que las nuevas dueñas de El Crucerito son dos chicas jóvenes que pretenden mantener lo que es la vibra, energía y concepto del lugar. No son de las que vienen a cambiar violentamente lo existente y a borrar una historia. Viene a mantener un pedazo de historia de nuestro Santurce. Esto me hace reflexionar sobre mi calle, La CALLE LOÍZA. Una calle que está desarrollándose sin mucho control y planificación y se nos está saliendo de las manos. Yo que llevo 15 años haciendo negocios en esta calle y que soy también responsable de este cambio, me asusto al escuchar extranjeros de país y de pueblo que ahora ocupan esta calle, expresar una opinión negativa de la Loíza, sus residentes y la zona. Personas que no ven ni entienden el encanto de esta zona y sus años de historia. Soy fiel creyente en el progreso y le doy la bienvenida, pero no puedo estar de acuerdo con personas que vienen a “blanquear” como dicen ellos, la zona. Hay que proteger lo nuestro mi gente.

Ojalá más gente tuviera la visión del cambio, pero sin perder la esencia de las cosas. Sin perder cultura, historia y encanto de lo que somos como país. Nuestro isla es única y debemos proteger esa cosa que representan nuestra mezcla, nuestra raíz.

Aquí un texto de nuestra colaboradora Erika Guzman. Un poco de su experiencia en El Crucerito!

Llegó la tarde y andas buscando dónde pasar un rato agradable, quieres algo distinto, sentirte en casa, y ahí es cuando descubres un “crucerito” que llegó hace muchos tiempo para quedarse.

Con más de 40 años de existencia y recientemente con nueva administración, en la parada 16 ½ de Santurce, se encuentra El Crucerito: La Puerta del Alto del Cabro. Un negocio sin igual, donde la familiaridad, el ambiente sencillo y seguro son algunas de sus características principales, que han logrado cautivar a su clientela que se ha mantenido por largos años.

Tuvimos la oportunidad de conversar con Sharon Berríos, co-propietaria de El Crucerito junto a su hermana Sandra Berríos, jóvenes emprendedoras, quienes hace apenas hace 6 meses tomaron el timón de este negocio tan particular. ¿Y qué es lo que hace de El Crucerito un concepto tan único? Es un lugar que te permite conectar con la tradición puertorriqueña y además fomenta un ambiente de familia y esa sensación de “estar en casa”.

Pero quizá algo que logra acentuar grandemente el ambiente “ochentoso” es el reproductor de música que cuenta con merengues y salsitas viejas que hasta los más jóvenes disfrutan, según nos contó la propietaria. Sin mencionar la caja registradora estilo vintage, que nos hace viajar en diferentes épocas y hacer de este lugar uno ameno y de grandes memorias.

Sharon asegura que el concepto de El Crucerito no va a cambiar, es lo que ha logrado el éxito hasta hoy, y así debe permanecer. Un espacio pequeño, con una mesa de billar, un televisor, una pequeña barra y una mesita es suficiente para mantener unida a una clientela fiel que busca una escapadita de la rutina diaria. Y es que la experiencia en este lugar ha trascendido de tal forma que clientes viajan de todas partes de la isla, tan solo para tomarse una cervecita y compartir unos buenos momentos en un ambiente familiar.

Gracias El Crucerito por recibirnos con tanto amor y conservar un poco del pasado de nuestro país. ¡Volveremos!