“Detrás de Lau” pt.5 por José Ramón

Nos despedimos del mar camino a la montaña. Laura condujo las primeras dos horas. Yo había tenido un evento intestinal con fuegos artificiales a diestra y siniestra. Algo me habré comido y parar de comer no es una opción. Las curvas no me estaban ayudando mucho y no recuerdo haberme mareado nunca en un auto. No fue de los mejores roadtrips, paramos un rato y volví a coger el volante. En el camino vimos pueblos muy lindos con vistas sin fin. Seis horas mas tarde llegamos a ciudad Oaxaca, a la hora del tapón.
Mientras mas nos acercábamos al centro, más quería llegar. Google maps nos llevaba por calles cada vez mas bonitas. Entramos a una calle donde veíamos la plaza y la Iglesia Santo Domingo justo de frente. Y Lola, la chica de Google maps, nos dice: “You have arrived”.
El ángel de los parkings nos vino a visitar otra vez y estacionamos. Estábamos frente a la casa donde nos quedaríamos. Tocamos una puerta enorme, de unos 20 pies de alto, en una casa antigua como de Viejo San Juan. Mientras esperábamos, mirábamos anonadados a nuestro alrededor. Nos abrió la puerta Julian. Un chico super amable y educado. Nos ayudó con el equipaje y nos acompañó al cuarto. Este lugar, Casa Allende, es otra joya que encontramos en Airbnb. No se ni como comenzar a describir ese lugar fantástico. Son dos casas unidas con sendos patios de interior decorados con arte y flores. Muchísimos detalles. Subimos al segundo piso y desde nuestro balcón se ve la cúpula iluminada de la Iglesia, un lujo de vista.  Luego de dejar nuestro equipaje, Julian nos invitó a pasar a su oficina, nos dio un mapa y muchas recomendaciones. La noche estaba fresca, como para un abrigo, y parecía que iba a llover. Julian nos aseguró que en Oaxaca llueven dos gotas, tres veces al año, y que no sería hoy. Muertos de hambre salimos a caminar con la intención de encontrar alguna de las recomendaciones. Pero lo primero que vimos fue una Barra Boutique de Mezcal. La degustación nos calmó el hambre y sentimos orgullo cuando pedí un coctel con mezcal y me contestaron: “Aquí tenemos solo el mejor mezcal artesanal de los mejores agaves de la región, los cocteles se los dejamos a La Factoria”.
Seguimos nuestro paseo de reconocimiento y a pasos encontramos el andador principal de la ciudad. Aun parece que va a llover. Tiendas, cafeterías, galerías, restaurantes, gentes, música, olores… Esto es fantástico, nos encanta. De momento, lluvia. No dos gotas, ni cuatro… Un aguacero intenso de gota gorda que nos hizo correr. Y en esa movida, buscando donde resguardarnos nos desorientamos. Normal, acabamos de llegar. Nos acurrucamos en un zaguán mientas buscábamos en el mapa de papel y en el mapa de google donde meternos a comer. Todos los taxis que pasaban estaban ocupados y Uber no funcionaba. Nos fuimos moviendo bajo los aleros, saltando de zaguán en zaguán hasta que vimos una luz blanca. Eran bombillas de LED tamaño poste de campo de pelota, colgadas del techo de una pequeña taquería. Entramos corriendo, sacudiéndonos el agua. No hubiéramos entrado aquí de no ser por las circunstancias, pero ya dentro de este lugar mega iluminado, los olores de la cocina me derretían la boca. Estábamos nosotros solos y viendo por la ventana la que caía, nadie iba entrar en buen rato. Pedimos dos cervezas y mientras el mozo las buscaba me paré y asome el hocico por la ventanilla que tiene la cocina para entregar los platos. El cocinero estaba comiendo felicidad en taco y le pedí recomendaciones y me dijo que nos preparaba algo. Que rico todo, nos pusimos las botas. Mientras reposábamos mire el mapa con mas calma, resulta que estábamos a una cuadra de nuestra casa. ¡Gracias lluvia!
Y gracias a la lluvia, los meseros estaban aburridos y prendieron la tele. Team Rubio jugaba contra Mexico en Jalisco. Otra birra por favor. Cuando celebramos el primer palo de los boricuas, nos dijeron: “Estamos en Mexico, ¿Ustedes porque le van a Puerto Rico?” “Por que somos boricuas”, Laura contestó. “A pues, si es así pues si, SALUD”
Escampó y nos fuimos pa casa. Nos quedan cinco días aquí, tenemos que descansar y aprovechar el tiempo. Hay mucho que ver y hacer. Mercados, artes, telas, mezcales, restaurantes, fenómenos naturales y arquitectónicos… Tiempo de planificar. Ya van casi dos semanas y extraño solo a mi hijo Lucas… lo extraño mucho.
Noticias y Ofertas Directo En Tu Email
Ya somos mas de 20, 000 personas y tu también puedes ser parte. Te Esperamos.
Resperamos tu Privacidad. No Auspiciamos el SPAM.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *