De vuelta a La Habana por Laura OM
La primera vez que visite La Habana fue en el 2000. En esa ocasión viajaba con el que era mi compañero, un joven artista, moreno y con dreads. Los primeros días los dedicamos a La Habana. Nos quedamos en una casa particular donde vimos y vivimos la realidad del cubano de aquel tiempo. Para mis ojos, bastante triste y complicada por la gran necesidad que vivía la mayoría y la prostitución que se veía en las calles. Al pasar de varios días ya quería salir de la capital. La necesidad, el busconeo y la intención de vendernos lo que fuera a cada segundo me estaba volviendo loca. No puedo decir que no la pasamos bien, pero en esos tiempo fue dura la visita y el compartir con algunos cubanos. Tanto fue el acoso que decidí no hablar para que nadie me reconociera el acento y me vinieran con el cuanto de ” Cuba y Puerto Rico, de un pájaro las dos alas” de Jose Marti. Nos llamaban la francesa y el cubano por la apariencia de los dos. Gracias a Dios la experiencia en Pinar Del Río fue totalmente diferente. Aún aquí nos teníamos que esconder en la casa particular que rentamos para poder comer pescado, pero lo demás fluyó de maravilla. Amé mi familia cubana de Pinal.
Mi segunda visita fue en el 2002, gracias a una compañía italiana que me auspició el viaje por ser de las primeras en Puerto Rico en usar su línea de productos llamada Davines. Esta experiencia fue completamente diferente. En esa ocasión me tocó disfrutar de lujos y acomodos razonables en todas partes por ser la única chica que viajaba con un corrillo de europeos y ser la reina del clan. Me invitaron y nos quedamos en un Hotel a todo lujo en la famosa playa de Varadero. En el hotel solo trabajaban cubanos que dominaran el italiano. A diferencia del primer viaje, comíamos langostas todos los días, lujo que en aquel tiempo no se vivía en ningún otro lugar que no fuera un hotel.
Ambos viajes viví cosas muy agradables, pero otras muy desagradable que me hicieron pensar que no volvería a Cuba y sobre todo no volvería a La Habana. El tema de prostitución tan “in your face” me tenía mal. Ver tanto hombre blanco-mayor-europeo con niñas que podían ser sus hijas me asqueaba. El que todos se dieran cuenta de que era Puertorriqueña y que se podían comunicar sin problema conmigo y tratar de sacarme algo de dinero y el hostigamiento de unos cuantos queriendo venderme sexo, colmó la copa. Quise no regresar. Quince años después, aquí estamos otra vez. En esta ocasión regreso a La Habana a traer a mi madre. Teresa Cruz, mujer revolucionaria que me enseñó el valor del trabajo, el respeto y la lucha por la libertad, los desechos humanos y mil cosas más. Es su cumpleaños número 67 y me llena de alegría poder darle la bendición de conocer lugares que lleva queriendo visitar toda una vida.
En este tercer viaje a La Habana, encuentro una Habana vieja rehecha para los millones de turistas que reciben cada año. Me topé con un centro Habana extremadamente deteriorado, lleno de basura, gente en la calle todo el día buscándose el peso, calles tan destrozadas que pareciera haber ocurridos un terremoto o una explosión gigantesca que derivara lo ya carcomido por el salitre del mar. Oscuro como siempre, pero a su vez súper seguro. Uno de los grandes logros de la Revolución, la seguridad en las calles a todas horas. Aunque ya se oyen cuentos de robos y violaciones pero es algo muy raro. El turista es la salvación de la economía cubana y lo más importante para el gobierno ya que es la primera fuente de ingreso del país. Las cosas han cambiado bastante en 15 años y muchas para bien. Hay que ver que pasaran en los próximos 10 años.
Los cubanos son súper atentos, amigables, inteligentes, educados y expertos en piropos. Han llovido tantos por este maravilloso azul que si vuelvo en algún momento creo que traeré unos cuantos potes para regalar. Estos chicos buscan cualquier excusa para socializar y sacarte algo de información para conversar y en la mayor parte de las ocasiones sacarte aunque sea un peso. Y tengo que aceptar que esto, a parte de la basura por todos lados y el polvorín, es lo que me saca por el techo de La Habana. Ya en otras zonas como el Vedado y Miramar, la cosa se tranquiliza bastante.
Si quieres estar mas6 tranquilo, sin gente acosándote con servicios o ventas, tienes que salir de La Habana vieja. El poco tiempo que he pasado hasta el momento en el Vedado y en Miramar ha sido de maravilla. Lindos lugares para comer, cafés, librerías, teatros, clubs, una chulería y mucho más tranquilo para el turista.
Días siguientes en Trinidad y Cienfuegos.
Mi madre y yo ya teníamos necesidad de salir del sucio, ajetreo, contaminación y hostigamiento de La Habana. Por ser la primera visita de mi madre y su regalo de cumpleaños, quería complacerla lo más que se pudiera y su deseo era conocer más de Cuba. Yo ya sabía que iríamos a Trinidad, pero aún no sabía cuánto tiempo nos quedaríamos ya que desconocía que podríamos hacer allí aparte de recorrer el casco histórico, museos, compras como siempre de artesanías y playa. Yo alquilé un un cuarto a través de Airb&b en un lugar llamado La Boca. Este quedaba a 7 minutos en coche más o menos del centro de Trinidad. Estaba ubicado justo frente al mar. Y al lado de la Cooperativa de Pescadores de la zona. Súper humilde la zona como casi todo en Cuba, pero con una tranquilidad maravillosa y con unos atardeceres impresionante.
Los dueños de la propiedad Río y Mar eran súper atentos y muy amigables. Ofrecían todas las comidas y Odalis, la dueña y cocinera, cocinaba espectacular. Te ofrecían un desayuno completo y para almorzar podías escoger entre pollo, camarones, pescado, cerdo y langosta. Lo mejor era que el pescado era del día y no costaba más de $10.00 por plato. Allí comimos varias veces.
Uno de los días fuimos a la playa y el resto del tiempo lo pasamos en el casco viejo tomando fotos y paseando. En Trinidad los cubanos te hostigan y te podían menos. Nos contaban los locales que la policía se había puesto súper fuerte con el tema del asedio al turista. Que parecía que hubo muchas quejas en una temporada y que activó una gran cantidad de policías para proteger al turista. Una noche caminado a las afueras del centro de Trinidad para tomar un taxi a La Boca que costaba cada tramo 5 CUC, que es el equivalente a $6.00 más o menos,conocimos esta bella mulata que había estado presa 4 años por pedirle a los turistas. Ahora intercambiaba. Es un gran negocio lo de venderse entre ellos cosas usadas y artículos de primera necesidad. Ella hacía unos bolsos de paja hermosos que los vendía entre 3 cuc a 8 cuc, pero si tenías algo que darle te los cambiaba. Una manera más legal de pedir y mucho más coherente y atractiva para el turista. Por eso no la podían meter presa porque ella lo intercambiaba, no era realmente pedido o regalado. Muy astuta la señora.
Aquí el cubano se las busca como sea, y si trabaja en turismo les saca los dólares al que tiene más “, nos decía un taxista súper amigable que claramente nos dijo en la cara que por ser Puertorriqueñas nos cobraría un poco menos. Que si fuéramos francesas, canadienses o alemanas nos cobraba el doble y hasta el triple. Este modo de operar del cubano es lo que me tenía amargada y ya con ganas de salir de esta isla. Yo llevo años viajando a diferentes a países del mundo y muchas veces viajo a países pobres donde hay necesidad real y en ningún país me había sentido tan estafada y tan insegura a la hora de pagar por cualquier servicio. Por ejemplo; Un viaje de La Habana a Trinidad nos contó 30 CUC por persona, poco más de 62 dólares entre mi madre y yo. De Trinidad a Cienfuegos que es una hora, nos cobraron 15CUC por persona y en Cienfuegos nos cobraron 25cuc por llevarnos al jardín botánico que está en las afueras a 30 minutitos más o menos. Luego 60 CUC más de Cienfuegos a La Habana, que fue un camino de 2 horas y media por que el chófer tenía prisa y volaba bajito por la carretera. Cada vez que pagas algo que fue programado por otro cubano te sacan 5 a 10 CUC más por la comisión. Entre ellos se joden y se ayudan. Es cosa seria el cubano…. bien seria.
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Debo que aceptar que ya no tenía la paciencia para tolerar el ” where are you from?”. Ponía una cara de pocos amigos que valía un millón. En momentos me salió del alma ” Ya me voy pronto, GRACIAS A DIOS!”.
Siempre trato de pasarla bien a todas partes que voy, pero claro está, hay lugares más amigable, baratos, sencillos de viajar e interesantes que otros. Cuba tiene historia, cultura, encantos de la naturaleza, gente buena y 100 cosas malas como todos los países.
Ya de vuelta a La Habana, me gusta más hoy que en la primera visita. Me mata la contaminación, la destrucción, los escombros, la basura por todos lados, pero creo que el saber que ya me regreso a mi isla, perfecta y desperfecta a su vez, me tiene feliz. También finalmente ayer pude hablar con mi amado después de poco más de una semana, a lo que nombre TORTURA COMUNISTA CUBANA. Esto de estar tan desconectada del mundo real y meterse a esta burbuja cubana por tanto tiempo me puso mal. Pero claro, a todo se sobrevive. Pudo haber estado peor.
Gracias Cuba por lo que eres, por que de lo que te ha tocado ser, aprendemos todos. Gracias a cada uno de ls cubanos que nos dijeron las cosas tal cual son. Lo bueno y lo no tan bueno. Gracias Cuba por ser un lugar tan seguro por que para mí, es tu gran logro. Te deseo un mejor futuro, un futuro de justicia y oportunidades para todos y libertad. Hoy te digo que no vuelvo, pero eso dije hace 15 años y volví. Lo he asegurado, ya veremos. La vida da muchas vueltas y no me gusta decir nunca. Quizás si me mantengo en las costa…. 🙂
Que viva Cuba!
Cosas importantes si pretendes visitar Cuba:
- Cambia euros o dólar canadiense. Es mejor el cambio y te ahorrará la clavada que te da el banco de un 10% extra de comisión por Gringo.
- Trae un buen KIT de medicamentos. Si lo llegas a necesitar y los logras conseguir, te saldrán caros.
- Tienes que estar dispuesta a regatear y decir que no y seguir andando. Por todo te querrán cobrar más.
- Tu mejor amigo será tu paquete de toallitas mojadas sanitarias. La comida te puede hacer correr al baño y en muchos lugares no hay papel.
- Trae cosas para regalar que ya no te hagan falta. Verás muchos viejitos anémicos y sucios en la calle que serán los más agradecidos por el jabón, pasta de dientes, ropa o cualquier cosa que le puedas dar.
- Los niños te pedirán caramelos. Trae para que tengas en el bulto, les harás el día.
- Lápices y bolígrafos son buenos regalos también.
- Protector solar y sombrero. Súper importante. El sol pela!
- Una buena cámara, verás cosas bellas para retratar.
- Paciencia y algo para leer y escribir.
